«El día que di mi primera charla en el vestuario me sentí un poco impresionada»
- Nerea Abegonza
- 22 ago 2015
- 2 Min. de lectura

Rocío García es una de las pocas gallegas que presiden clubes de fútbol.
Este fin de semana vuelve la Liga, también la de Regional Preferente, la categoría en la que juega el Estudiantil, del municipio de A Estrada. Con 27 años, su presidenta, Rocío García, es una de las pocas gallegas que ha tomado las riendas de un club masculino.
-¿Desde cuándo es presidenta del Estudiantil y cómo surgió?
-Desde el 19 de junio, aunque muchos ya me llamaban «presi» por el vínculo tan fuerte que tenía con mi padre [presidente entre 2007 y 2012] pero era algo anecdótico, no por mí sino por la relación que teníamos. La verdad es que fue cosa de mi hermano [presidente entre 2012 y 2015] que lo habló con el resto de la directiva. Cuando me lo planteó le dije «estás de coña» pero luego me lo tomé como un nuevo reto, y yo siempre digo que los retos están para cumplirlos.
-Primero fue su padre, luego su hermano y ahora usted, ¿ya hay algún posible heredero del cargo?
-Tengo una sobrina de dos añitos, aún es muy pequeña pero ya le da patadas al balón y eso le viene de nuestra parte; yo también jugaba al fútbol de pequeña.
-¿Cómo es la afición del Estudiantil?
-Escasa. No es lo mismo un equipo de aldea [Loimil, con poco más de 200 habitantes] que el club local, además algunos socios están en contra de que seamos el filial del Compostela. Pero, si tuviera que definirla, diría que es gente a la que le gusta el buen fútbol; y no es porque yo sea la presidenta pero da gusto ver jugar a los chavales.
-¿Ahora que juegan en Regional Preferente tienen mucha rivalidad con el Estradense?
-Con el Estradense no mucha, porque ellos juegan en Preferente Sur y nosotros en Preferente Norte; pero sí que nos sentimos discriminados por el Concello. Nosotros no recibimos ni la mitad de ayudas que les dan a ellos. Los equipos con los que tenemos más rivalidad son el Villestro, el Bertamiráns y el Arzúa, por este orden.
-Muchos la conocen como la hija de «o Peixeiro de Cirela» por el oficio familiar, ¿es más fácil vender pescado o abonos?
-Sí, él quería que le llamaran así y estaba orgulloso de su apodo. No sé qué será más fácil porque aún no he empezado a vender abonos pero alguna vez sí que acompañé a los repartidores de pescado y el trato con el público se me da bastante bien.
-¿Cómo lleva el vestuario lo de tener a una presidenta?
-Eso tendrías que preguntárselo a ellos, pero me tienen muchísimo respeto y creo que conmigo marcan la diferencia. Lo que más sorprende es mi edad, pero los que ya me conocían saben que siempre me he movido en círculos masculinos. El día que di la primera charla en el vestuario yo misma me sentí un poco impresionada, y eso que he hablado en público en situaciones más tensas, pero el hecho de estar entre 20 jugadores, con mi hermano presente y el resto de la directiva... Creo que hoy en día las mujeres estamos empezando a hacernos con el mundo, ahora también hay chicas en el Vilalonga y el Chaián.
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